Tras varios años de relación y una hija en común llamada Valeria, Andrés Iniesta y Anna Ortiz por fin consolidaron su relación en una peculiar ceremonia. A mí me encanta esta pareja. Él es uno de los pocos jugadores sencillos y humildes, a pesar de ser de los mejores y ella siempre se ha mantenido en un segundo plano.

Y me gustaría hacer la pelota  hablar maravillas sobre esta boda, como han hecho otros medios, una boda ha tenido una gran repercusión en Twitter y hasta en la prensa extranjera… Pero no puedo. Hoy quedaré de mala malísima o de envidiosa compulsiva o de bruja, que pega más con el rollo medieval del castillo. Pero bueno, no todo pueden ser halagos ¿no?  Además, si alguien cae bien al público todo son maravillas pero si los novios fuesen Iker Casillas y la hiper criticada Sara Carbonero, las burlas inundarían las redes… ¿Cierto?  Para evitar suspicacias de barcelonistas que conste que el hecho de defender a Iker y Sara no quiere decir que sea del Real Madrid, soy del Atlético de Madrid y a mucha honra….

Obviamente, cada uno se casa como quiere, donde quiere y cuando quiere. Me gustan mucho más las bodas originales que las típicas bodas de iglesia, banquete con orquesta chunda-chunda que incluye «Paquito el chocolatero» y el corte de la tarta con bengalas, el «Vivan los novios» y demás.

Pero hay ciertos detalles de la boda que la convierten, en mi opinión, en un acto pelín hortera, dulzón y hasta aparatoso.

La ceremonia civil, oficiada  al aire libre por por el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, se celebró en el castillo de Tamarit, frente al mar, en Altafulla, un romántico y mágico enclave al que acudieron aproximadamente trescientos invitados. El resto asistió al banquete, que se celebró en el conocido restaurante Mas d’en Ros, cercano al castillo de Tamarit.  Hasta aquí perfecto, porque una boda no tiene por qué celebrarse por la iglesia y la ventaja de casarse por lo civil es que te puedes casar en un castillo, en la playa, en medio de la Puerta del Sol, en el jardín del vecino, etc

Lo que sí resulta bastante hortera es que el novio quiso que a su llegada se escuchara la música de la película «Gladiator» y la novia eligió la música de la película «El Guardaespaldas».  ¡De acuerdo, la Marcha Nupcial está ya muy pasada de moda! Pero hay melodías muy románticas,  incluso se puede contratar un pianista, violinistas o una orquesta, que eso Iniesta se lo puede permitir. No sé si calificar el tema musical  para la ceremonia de hortera o de friki. Sin embargo, si pones ambas canciones en el banquete, por ejemplo la de nuestra querida Whitney Houston  para el baile de los novios y la de Gladiator para que la gente se vaya cuando ya estés cansado, quedas fenomenal.

Lógicamente, muchos vecinos y seguidores del futbolista se acercaron a la zona, por ello se organizó un fuerte  dispositivo de seguridad formado los mossos d’esquadra de Altafulla, dispositivo que se complementó con miembros de una empresa privada… ¡Iniesta, que no eres el presidente de los Estados Unidos! Vamos que con lo sencillo que eres y pones todo un regimiento de guardaespaldas y mossos  cerrando a mediodía el tráfico de las calles cercanas al castillo... Que sí, que la gente es muy cotilla y a la boda asistieron futbolistas pero tales privilegios en los tiempos que corren, me parece pelín elitista, exagerado y ostentoso.

Menos mal que la gente humilde es comprensiva porque los que se acercaron para cotillear se pusieron a cantar cuando escucharon la música que llegaba a sus oídos desde el castillo…. jajajajjajajaja (perdón pero esto es surrealista al cien por cien y me recuerda a tiempos medievales. La plebe arremolinada junto a la fortaleza sin poder acceder al recinto de los privilegiados y cantando «I Will Always Love You»).

Como en toda gran boda que se precie, casi todos los invitados acudieron a la ceremonia y banquete en varios autobuses. ¿Y quiénes fueron los invitados? Pues nada menos que Diego Alves, Pedro, Carles Puyol, Xavi, Messi, Víctor Valdés, Sergio Busquets, Cesc, Gerard Piqué, Joan Laporta, Pep Guardiola, Samuel Etoo, Sandro Rosell y hasta Risto Mejide.

Bueno, dejando ya las críticas (vale, no las dejo del todo)  hay que reconocer que la novia iba guapísima, con un vestido de Teresa Heldig  estilo años 20…. ¿Pero si te casas en un castillo no sería más apropiado un vestido de corte más romántico?. En cuanto a Iniesta… Bueno, el chico no es precisamente un bombón pero todos los novios están guapos. No sé qué magia tienen los trajes pero ves a un chico vestido de manera informal y cuando le ves con traje y corbata parece otro.

Un detalle curioso: Iniesta y Anna eligieron dos números clave para su boda. El día 8 de julio se debe a que ese es el número que Iniesta luce en el dorsal de su camiseta como jugador del Barça. La hora elegida para la ceremonia, las 6 de la tarde, coincide con el número que el futbolista lleva en el dorsal de su camiseta de la Selección Española.

En fin, les deseamos muchísima felicidad a Andrés Iniesta y a Anna Ortiz porque sea hortera o no la boda, siempre nos alegra que una pareja sea feliz y nos encanta esta pareja. ¡Enhorabuena!