Muchas personas continúan pagando el precio psicológico que les ha supuesto el confinamiento. Especialmente en las zonas en las que han tenido que volver a las restricciones. Pero también mascotas tras el confinamiento, demuestran que han sufrido con todo lo que ha pasado, ya que ha supuesto un cambio muy grande en sus costumbres y rutinas.

Algunos perros y gatos han comenzado a mostrar problemas consecuencia de todas las semanas que han estado confinados con sus dueños. Veamos los más frecuentes.

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El apego, un problema muy común

Uno de los problemas más frecuentes en perros y gatos es el apego que estos pueden tener a sus dueños. Hay animales que llevan bien el quedarse solos porque están acostumbrados y otros que quieren tener siempre a su familia humana cerca.

mascotas confinamiento

Erróneamente, pensamos que los gatos son muy independientes y no echan de menos a las personas, pero no es así. Todo va a depender del carácter del gato y de su forma de establecer relaciones con las personas. Algunos disfrutan de su tiempo a solas pero otros quieren estar siempre con su persona favorita.

Durante el confinamiento, perros y gatos han estado todo el día acompañados y para aquellos que tienen ya una propensión al apego esto puede ser un problema con la vuelta a las rutinas normales. Especialmente, para animales que ya tenían problemas y que estaban tratándose para conseguir quedar solos durante más tiempo.

Si el animal reacciona mal puede comenzar a ladrar o llorar, romper cosas o hacer sus necesidades en lugares no habituales. Si no se soluciona poco a poco lo mejor es hablar con el veterinario para que nos ayude y nos de algunas pautas de actuación o nos derive a un etólogo si es necesario.

El estrés por falta de intimidad

Mientras que algunos animales tienen problemas porque no quieren verse solos, otros han sufrido de estrés durante el confinamiento debido a la falta de intimidad. Esto es más frecuente en los gatos ya que incluso los más cariñosos quieren tener un lugar en el que pasar algunas horas al día solos y sin ser molestados. Pero también en perros que se pueden ver demasiado atosigados, sobre todo cuando ya son mayores.

Los niños, con su gran energía, pueden ser un problema para los animales cuando no les permiten estar a solas o los molestan en su descanso. Y también adultos que, sobre todo cuando están solos y sensibles, buscan el cariño de sus mascotas de una manera que ellos pueden percibir como excesivamente intensa.

El estrés en perros y gatos puede detectarse de diferentes maneras. Una de las más notoria son los problemas de agresividad en animales que eran muy tranquilos y cariñosos. A veces, con la vuelta a la normalidad las aguas vuelven a su cauce, pero en otras ocasiones puede ser necesaria la ayuda del especialista.

La frecuencia de los paseos y los horarios

Mucho se ha hablado sobre los paseos de los perros durante el confinamiento. Eran la excusa perfecta para salir, aunque solo fuera a dar una vuelta a la manzana. Pero los perros que durante el confinamiento salieron mucho más de lo normal y a horarios muy distintos de los habituales, pueden sentirse mal cuando se les acaba esto.

El cambio tiene que hacerse poco a poco, reducir los paseos de manera gradual es la forma más sensata de que las mascotas, tras el confinamiento, comiencen a acostumbrarse a sus rutinas sin que esto suponga un problema de adaptación. Comenzar por paseos más cortos e ir espaciándolos cada vez más, serán las menores maneras de conseguir que el cambio no sea brusco para ellos.