Sin duda, la aparición de un pólipo en la vejiga es motivo de preocupación aunque en la mayoría de los casos se trata de tumores de carácter benigno. Los pólipos aparecen en zonas del cuerpo donde hay membranas mucosas y se tratan de masas de tejido que experimentan un anormal crecimiento.

Se desconoce por qué se pueden formar estos pólipos aunque hay estudios que han relacionado algunos casos con el tabaquismo o con los trabajos en fábricas de pinturas y caucho. No obstante, aunque estas pudieran ser causas de su aparición, en la mayoría de los pacientes no se encuentra el origen.

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¿Qué síntomas produce el pólipo en la vejiga?

Los síntomas de un pólipo en la vejiga pueden confundirse fácilmente con una infección de orina, ya que normalmente el paciente se queja de que tiene más necesidad de orinar, que al ir al baño la micción puede ir acompañada de sangre y que además puede resultarle doloroso.

El médico puede sospechar de la existencia de pólipos tras realizar un análisis de orina que elimine la posibilidad de una infección, encomendando la realización de otras pruebas para determinar que puedan ser pólipos, piedras o cualquier otro problema.

Si se confirma la existencia de un pólipo en la vejiga, normalmente se solicitará la extracción de una muestra para realizar una biopsia y determinar si puede ser cancerígeno o si, por el contrario, se trata de un tumor de carácter benigno.

Normalmente, cuando el pólipo ya es cancerígeno, además de los síntomas descritos hay infecciones en las vías urinarias e incluso pueden aparecer problemas renales muy graves.

Tratamiento

Cuando se encuentra un pólipo en la vejiga el tratamiento más habitual es la cirugía para extirparlo, ya que de no hacerlo podría convertirse en un tumor cancerígeno. Se calcula que tan solo entre un 5%  y un 10% de los pólipos acaban siendo cáncer, pero es un riesgo que no se debe de correr.

Tras la intervención, el paciente es sometido a revisiones mensuales durante algo más de un año para tener la seguridad de que se ha extraído todo y que no hay problemas. Pasado este tiempo prudencial, los análisis se realizan una vez al año a no ser que surjan problemas.

Los pólipos de vejiga pueden volver a aparecer, como sucede con la mayoría de los tumores, pasado algún tiempo. No obstante no tiene por qué suceder en todos los casos. Cuando se reproducen hay que volver a realizar todos los pasos que ya se han descrito.

La intervención quirúrgica es, en el caso de los tumores benignos, muy sencilla ya que se realiza a través de la uretra. Solo en el caso de problemas más graves se puede recurrir a una cirugía convencional.

Los médicos advierten de que en el caso de un pólipo en la vejiga, la rapidez en la intervención es fundamental. Por eso, hay que evitar remedios caseros y soluciones naturales que podrían retrasar la inevitable cirugía, poniendo en riesgo la vida del paciente.