Una de las grandes dudas, cuando decoramos nuestro hogar, es elegir las cortinas adecuadas para cada estancia. Personalmente, en decoración, la iluminación, las paredes y los textiles son mis áreas favoritas.
Algunas personas anteponen la funcionalidad, sin por ello renunciar a la estética. Otras consideran las cortinas una importante elección ya que, además de cumplir su función -filtrar la luz exterior, aportar intimidad o, incluso, protegernos del frío-, visten las ventanas y, por tanto, se convierten en un importante elemento que completa la decoración.
Actualmente, existen muchos tipos de cortinas y estores y dicha variedad nos permite aunar funcionalidad y estética, consiguiendo resultados realmente espectaculares: Cortinas tradicionales, visillos, cortinones… lisos o estampados. En cuanto a estores, las opciones son muy variadas: Paquetos, estores screen, paneles japoneses, estores visillo, estores estampados…
Una tercera opción son las venecianas y las lamas de madera. En numerosas webs se las clasifica como cortinas, en otras como persianas. Personalmente, creo que lo segundo es lo más acertado.
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Elegir las cortinas que visten tus ventanas y decoran tu estancia
En cuestión de estética, los factores que debemos tener en cuenta al elegir las cortinas son, el estilo decorativo de nuestra estancia, el efecto que deseamos conseguir y los colores, estampados y materiales adecuados.
El estilo decorativo es una elección muy personal: Urbano, minimalista, contemporáneo, rústico, mediterráneo… Es un buen punto de partida para elegir los muebles, elementos decorativos y, por supuesto las cortinas.
En esta imagen se muestra un salón cuya decoración es de estilo colonial español. Las cortinas estampadas, con la base en color crema y el estampado en tonos marrones combinan con los colores de la estancia.
Respecto al color o al estampado, si la estancia es muy sobria o monótona, lo ideal es elegir las cortinas, visillos o estores que combinen con uno o varios colores más alegres provenientes de mobiliario, lámparas o elementos decorativos, creando un atractivo punto focal que anime la estancia.
En estos dos ejemplos, las cortinas mantienen como base los colores neutros predominantes en la estancia pero su estampado aporta dinamismo. Si imaginamos estos dos salones sin esas cortinas o con unas cortinas más sobrias, el resultado no sería el mismo.
En este salón, la idea de combinar cortinas y estor me parece muy práctica. Como color base, las cortinas son de un tono más intenso que los grises que podemos ver en el mobiliario, en el estor y cojines. Por otra parte, el estampado floral, juega con los estampados de los cojines.
Esta segunda opción me gusta por varios motivos: El color base de las cortinas, al igual que en la imagen anterior pertenece a la misma paleta de tonos que las paredes y el sofá, aunque su color base es más intenso. El estampado combina con los cojines y los visillos color cereza, que añaden dinamismo. Normalmente tendemos a buscar visillos blancos o cremas, ya que permiten que penetre más luz. Puede que los visillos de colores reduzcan la luminosidad dependiendo de si son más o menos translúcidos pero, además de dar color, son perfectos para estancias que reciben un exceso de luz exterior.
Las estancias que cuentan con excesivo colorido proveniente de paredes o elementos decorativos o aquellas estancias que están muy saturadas con numerosas piezas de mobiliario y objetos decorativos, requieren cortinas que equilibren dicho exceso. En estos casos, normalmente las cortinas lisas o con estampados de colores neutros como base o que mantengan la armonía de la paleta de colores predominantes de la estancia con un tono más suave, son siempre una elección acertada.
Las cortinas rosadas combinan con los colores de las paredes, mobiliario y algún elemento decorativo, siendo su color es más claro. Aunque es un ejemplo de cómo equilibrar colores, en mi opinión el resultado es bastante pobre. Es más, la sencillez de las cortinas revelan la abundancia de tonos y elementos. Con un bandó y abrazaderas en uno o dos tonos más intensos que las cortinas no sólo se conseguiría equilibrar el exceso de colores, sino que se conseguiría un ambiente más acogedor.
Elegir las cortinas teniendo en cuenta el efecto que deseamos conseguir
A menos que tengamos la suerte de contar con ventanas anchas y altas, lo normal es que queramos lograr esa sensación de amplitud y longitud. Elegir las cortinas con un tamaño adecuado, puede ayudarnos a conseguir nuestro propósito.
Para que las ventanas parezcan más altas, las cortinas cuya longitud cubre prácticamente desde el techo hasta el suelo -o piso-, no sólo conseguirán que las ventanas parezcan más altas, también conseguirán añadir altura a nuestros techos, tal y como vimos en el post sobre cómo conseguir que tu habitación parezca más grande o más alta.
Si lo que queremos es que las ventanas parezcan más anchas, la longitud horizontal de las cortinas tendrá que contar con unos centímetros más. Dicha longitud debe ser, aproximadamente, entre un 60 y un 80% más ancho que el marco de la ventana. De esta manera, conseguiremos disfrutar al completo de la luz cuando la cortina esté abierta sin tener que plegarla demasiado. Elegir las cortinas de una longitud horizontal más ancha de lo normal también nos permitirá maximizar la luminosidad sin tener que renunciar a las cortinas en caso de que nuestra estancia cuente con poca luz natural o las ventanas sean muy pequeñas.
En la siguiente imagen, las cortinas se han colocado de tal manera, que la ventana parece más alta y más ancha.
Cortinas para ventanas pequeñas o grandes
Esta ventana es ya de por si amplia, pero las cortinas aumentan más la sensación de amplitud. La barra se ha colocado junto al techo y, aunque en la imagen no se aprecia, el largo de las cortinas cubre desde el techo hasta el suelo.
Las cortinas de este dormitorio se han colocado cerca del techo, logrando que la ventana parezca más alta e, incluso, que el techo parezca más alto, teniendo en cuenta también el contraste del color crema de las paredes con el blanco del techo. Igualmente, las cortinas se han colocado de tal manera que la ventana parece más ancha.
Elegir las cortinas para cada estancia
No todas las estancias de nuestro hogar requieren el mismo tipo de cortinas o estores. Normalmente, en los salones se busca, ante todo, la luminosidad y la sensación de amplitud. En cocinas y cuartos de baño nos gusta contar con luz natural pero también con intimidad, algo que cobra más importancia en los dormitorios. Por tanto, las telas más ligeras y translúcidas se suelen utilizar en aquellas estancias donde deseamos luminosidad mientras que las telas más gruesas, incluso con forro, van destinadas a dormitorios.
Los visillos y estores son perfectos para cocinas porque filtran la luminosidad sin impedir que penetre la luz exterior. Además, hemos de tener en cuenta que en las cocinas se acumulan olores, suciedad, etc. Por ello, las telas elegidas deberían ser más o menos translúcidas pero fácilmente desmontables, para poder lavarlas.
En los cuartos de baño, se requiere cierta intimidad. Los estores enrollables o plegables son una buena elección.
En dormitorios, caben todas las posibilidades: Cortinas gruesas, visillos con cortinones, estores con o si estor visillo, paneles japoneses o lamas de madera.
Para balconeras -en la imagen anterior-, las cortinas tradicionales son una excelente opción. Podemos plegarlas cuando deseamos luz y cerrarlas cuando queremos intimidad, sin complicarnos con visillos. Pueden complementarse perfectamente con estores.
Por otra parte, hay que tener en cuenta el tipo de ventana: Abatible, batiente, plegable, corredera, guillotina, balconera… ¡Cuántas veces hemos elegido cortinas, visillos o estores que resultan ser un problema por el sistema de apertura de las ventanas!