La camilla de masaje es una herramienta indispensable para un terapeuta, ya que todos los masajes requieren de este instrumento. Debemos de ser muy cuidadosos a la hora de elegir, puesto que representa el trabajo del especialista.
Aunque existan varios tipos de camillas para masajes, todas tienen unas características comunes: “Las camillas de masajes tienen que ser de un material higiénico y resistente.”
Algunas disponen de una perforación facial, para reposar la cara cuando el paciente esté boca abajo,  y de piezas ajustables, como el respaldo o la altura de la camilla.

Camillas según su ubicación

Camillas fijas

Hablamos de camillas fijas cuando esta permanece en un mismo lugar.
Aunque también las hay de metal, las camillas fijas más usadas son de madera, ya que es un material resistente y robusto, además, la madera incluye un tratamiento que atrasa el desgaste sufrido por el uso.
Son más anchas que el resto, lo que le brinda al paciente comodidad. El peso medio de este tipo de camillas es de 16 Kg.

Camillas plegables portátiles

En caso de que el especialista se desplace a la ubicación del paciente, hablaremos de camillas plegables portátiles. Normalmente son de aluminio, porque es un material ligero, pero también la podemos encontrar de plástico o de madera.
Estas camillas se diferencian de las fijas en que son menos estables, puesto que pesan  6 Kg menos de media.

Camillas regulables

Camillas hidráulicas

Este tipo de camillas para masajes tienen un sistema hidráulico para regular la altura de la misma. Para aumentar su altura, debemos accionar una palanca con el pie varias veces, y para bajarla, levantamos la palanca, este funcionamiento es similar al de un gato en un taller de coches.
La ventaja de las camillas hidráulicas es que no necesitan alimentación y el mantenimiento es prácticamente inexistente, solo tendríamos que engrasar las piezas móviles para evitar rozamiento entre ellas y aumentar su durabilidad.

camilla

Camillas eléctricas

Las camillas eléctricas, a diferencia de las hidráulicas, sí necesitan alimentación y un mayor mantenimiento, puesto que dispone de sensores y motor.
Vienen con un mando de pie o de mano para poder subir o bajar la camilla según la necesidad.
Algunos modelos de este tipo cuentan con un mecanismo de elevación, al que se le denomina, sistema periférico. Este sistema está ubicado alrededor de la camilla a nivel del suelo, lo que permite que con un ligero movimiento lateral del pie, desde cualquier posición, se active.

Camillas multiposturales

Estas camillas tienen hasta 9 posiciones distintas, siendo ideales para masajes deportivos.
Las camillas multiposturales, como su propio nombre indica, tienen distintas posiciones para adaptarse a la necesidad del cliente, ya sea el tratamiento en un hombro o en una rodilla.

Estos tipos de camillas son los más frecuentes, también las hay con doble acolchado, recomendadas para sesiones de más de 45 minutos, o modelos con respaldo abatible lo que da más opciones para colocar al paciente, ideales para masajes con fines estéticos.

Si finalmente decides adquirir una camilla, en el artículo Consejos para elegir una camilla de masajes ofrecemos unas pautas a tener en cuenta antes de la adquisición.