El cáncer de mama es un problema que afecta a muchas mujeres y también a algunos hombres. En el caso de las mujeres al problema de salud se une el problema estético, especialmente cuando hay que reconstruir el pecho. El proceso de reconstrucción de un pecho no es de por si agradable, pero al menos la mujer podrá verse con un aspecto simétrico y muy similar al que estaba acostumbrada. Sin embargo, hay una parte de la mama que no se puede reconstruir: el pezón.

Sin embargo, esto ya no es un problema gracias a las nuevas técnicas de tatuaje que permiten dibujar un pezón prácticamente igual al natural. Se ha conseguido hacerlo tan bien, que en algunos casos se logra un convincente efecto en tres dimensiones.

Tal es el impacto beneficioso que esto tiene para muchas mujeres que en algunas Comunidades Autónomas ya se están planteando incluir la micro pigmentación del pezón en la cartera de servicios de la Seguridad Social.

Artistas con conciencia

Mientras esto no es así, hay que poner en valor el trabajo de muchos artistas del tatuaje que ofrecen sus servicios de forma gratuita para mujeres que han pasado por una reconstrucción de mama tras un cáncer. En muchas ciudades, tanto publicitándose como de manera más discreta, son muchos los que realizan este tipo de trabajos y se niegan a cobrar por ellos a las mujeres que no tienen recursos para hacérselos.

Actualmente, hay una red de unos cincuenta artistas del tatuaje en España que llevan a cabo esta labor de manera solidaria. Como ellos mismos han declarado, su esperanza es que pronto puedan dejar de realizar este tipo de trabajos porque sea la Seguridad Social la que los realice, tal como hace las reconstrucciones de pecho. A fin de cuentas, la pigmentación del pezón debería de formar parte de cualquier trabajo de reconstrucción.

Volver a mirarse al espejo

Muchas de las mujeres que han pasado por la dura experiencia de un cáncer, de una mastectomía y de una posterior reconstrucción reconocen que para ellas era muy duro enfrentarse a lo que veían en el espejo. Según sus propias palabras, el pecho sin el pezón les parecía algo así como un bulto sin más y algunas recurrieron a las prótesis especiales de pezón que se venden en tiendas especializadas.

Sin embargo, tras un tatuaje y gracias a los resultados tan naturales que se consiguen, muchas reconocen que por fin han podido volver a mirarse al espejo y ver sus pechos bonitos, incluso cuando hay cicatrices que les recuerdan todo aquello por lo que han pasado.

Las más radicales y amantes de los tatuajes artísticos no solo optan por el tatuaje de pezón, sino que deciden hacerse un trabajo más elaborado que cubra por completo las cicatrices y que les haga sentirse muy atractivas. De hecho, la técnica se ha convertido en toda una especialidad para algunos artistas que saben elaborar auténticas obras de arte sobre los pechos de estas mujeres.