De todo, así se resumiría muy bien cuáles son las funciones que debe hacer una empleada de hogar interna. No tiene unas pautas y debe hacer todo lo que la familia le indique aunque no le guste.

Habrá ocasiones que sea la familia la que le indique algo específico para un día en concreto pero normalmente tiene libertad para empezar por donde quiera mientras haya siempre un orden  y una limpieza en el hogar.

Las empleadas del hogar internas deben saber poner lavadoras, tenderlas, cocinar, comprar según la lista que elabore la familia o ella misma. Estas trabajadoras también se encargan de limpiar la casa con todo aquello que supone como son las ventanas, persianas, hacer las camas, jardín, muebles… estas trabajadoras también se encargarían, si fuera necesario, del cuidado de personas mayores así como de su aseo o necesidades.

Lo  mismo ocurriría en caso de haber niños por medio, las empleadas del hogar se encargarían de llevar y recoger del colegio a los pequeños, preparar almuerzos y meriendas, bañarlos o jugar con ellos. Sería como su segunda madre ya que se crea un vínculo muy fuerte.

Esto significa que la empleada de hogar tiene que hacer lo mismo que haría si fuera su propia casa, incluido pasear y estar al cuidado de las mascotas domésticas aunque no le gusten. Cuando nos referimos a mascotas domésticas no tienen porque ser sólo perros que hay que pasear o jugar con ellos, sino también a gatos, conejos o pájaros lo que supone limpiar las jaulas.

La gran ventaja de ser una empleada del hogar interna es que tienes tu propia habitación y baño, de manera que en las horas de descanso si no quieres que la familia te moleste puedes evadirte en ellas. Además, el ahorro económico por parte de la trabajadora es un aspecto importante a valorar, pues no tiene que pagarse la manutención, la habitación, la ropa, ni el transporte.

El problema es que estas empleadas no disponen de tiempo para pasar con su propia familia, crían a otra.