El amor está en todas partes, y teniendo en cuenta el tiempo que pasamos trabajando, es totalmente natural que puede darse la situación de que salten chispas con algún compañero.

No enfoques tu relación en el entorno laboral 
Aunque te parezca muy divertido cotillear con tu pareja sobre cosas de la empresa, no caigas en ese hábito, porque seguro que la otra persona tiene una forma de ser, gustos y demás que no tiene que ver con el entorno de la empresa.

Conócelo de verdad
Descubrirás cómo es tu nueva pareja, sobre todo durante el fin de semana, y es posible que descubras que en su tiempo libre, no le gusta salir, o se pasa el tiempo viendo la tele, o vete a saber, cualquier cosa que no vaya para nada contigo. Puede que descubras que fuera de la oficina, esa persona no te gusta nada de nada.

Separa el trabajo de la vida personal
Para que la pareja funcione, es necesario separar bien los entornos. No hables de trabajo en casa y viceversa. En ambos casos, es un desastre. Convertir una velada romántica en un dramón por un tema de contabilidad, o discutir de por qué no saco el perro en medio de la oficina. Son situaciones muy desagradables, y no olvidemos la posibilidad de que se cree cierta rivalidad ante un ascenso laboral, un traslado o un aumento salarial.

Si finalmente finaliza la relación

Ten en cuenta que superar una ruptura en sí no es nada fácil, pero si encima tienes que cruzarte cada día con el que te acaba de dejar o con el pobre hombre al que acabas de abandonar, la dificultad es todavía mayor. Miradas amenazantes, acusadoras, comentarios negativos, venganzas, su nuevo ligue, etc. Todo esto, además puede afectar a tu rendimiento en el trabajo.

Tu vida privada de interés público

La verdad es que cuando sales con alguien de tu trabajo, tu vida personal acaba siendo del interés de todos. Todo el mundo parece que debe y puede opinar.

No queremos para nada desanimarte, pero antes de empezar cualquier relación, analiza bien las posibles consecuencias