Los poetas del romanticismo tuvieron en alguna ocasión una vida digna de cualquier obra de este género. Vidas trágicas, marcadas por la desgracia, que dejaron tras de sí una obra que ha quedado para la eternidad.
Estos son cuatro poetas del romanticismo con una vida difícil y llena de tragedias, pero vividas con todas las ganas y con todo el entusiasmo de sus corazones rebeldes.
Tabla de contenidos
Poetas del romanticismo
John Keats
El famoso poeta inglés perdió a su padre son solo siete años y a su madre con catorce. Ella muere víctima de la tuberculosis, una enfermedad que marcaría toda su vida ya que vería como varios familiares mueren a causa de ella, su hermano por ejemplo y más adelante él mismo la padecería. Era una persona muy melancólica que siempre vivió con la sensación de que lo mejor en la literatura ya se había escrito y que jamás podría estar a la altura de los clásicos. La belleza del arte le impresionaba tanto que le hacía sentir todavía más efímero e imperfecto. Debido a la tuberculosis tuvo que dejar a la mujer de la que se había enamorado y viajar a Italia, donde vivió sus últimos años y donde escribió sus mejores poemas.
Edgar Allan Poe
Uno de los máximos exponentes del romanticismo en los EEUU. Quedó huérfano muy niño y nunca tuvo una gran relación con la familia que lo adoptó, que no estaba de acuerdo con el estilo de vida escogido con el díscolo Poe. A los 27 años se casó con su prima, de tan solo 13. Fueron muchos los rumores que hubo sobre la pareja, desde que Poe solo quería a su prima de manera fraternal hasta que fueron los continuos escándalos e infidelidades del escritor los que aceleraron la muerte de su esposa por tuberculosis con tan solo 24 años. Fuera como fuese, el fallecimiento de su mujer sumió a Poe en una gran depresión y desencadenó un problema con la bebida que le acompañaría hasta su muerte, con solo 40 años.
Percival Bisshe Shelley
Famoso además de por su obra por ser el marido de la célebre Mary Shelley. Un hombre de ideas muy revolucionarias, se fugó con su primera mujer cuando esta contaba con solo 16 años. Más tarde, hizo lo mismo con Mary, dejando a su mujer y a sus dos hijos que acabaron siendo adoptados por otra familia tras el suicidio de la madre. Con Mary tuvo un total de seis hijos, pero solo uno le sobrevivió. Toda su vida fue un peregrinar de ciudad en ciudad escapando de las deudas hasta fallecer ahogado cuando estaba a punto de cumplir los 30 años. Aunque su cuerpo fue incinerado, su mujer conservó su corazón envuelto en un paño de seda durante toda su vida.
Gustavo Adolfo Becker
El poeta español más importante del romanticismo tuvo una vida en la que realidad y leyenda se entremezclan. Quedó huérfano muy pronto y fue adoptado por su madrina, que tenía una buena posición económica. Pero decidió irse a Madrid a probar fortuna con las letras. Tuvo varios desengaños amorosos que inspiraron sus mejores poemas. Su carácter bohemio hacía que las mujeres se sintieran en un principio atraídas por él, pero esa inestabilidad, unida a su escasa economía, hacía que acabaran desilusionándose. Finalmente, se casa y tiene tres hijos, pero muere muy joven, con solo 34 años. La historia oficial dice que murió de tuberculosis, aunque existe el rumor de una enfermedad venérea.