Los anuncios de tarotistas y videntes inundan las páginas de las publicaciones femeninas. Incluso aparecen en los anuncios de los diarios, supuestamente «serios» que, al carecer de clientes que quieran anunciarse, deben recurrir a estos anuncios para hacer dinero. Cada vez hay más supuestos videntes, como si ese «don» fuera algo natural y lo poseyeran cientos de personas.
Anuncios en todo color, prometiendo aciertos al 100%, prometiendo solucionar tu vida amorosa o sentimental, videntes que aseguran ser médiums o videntes de nacimiento… Hay que tener mucho cuidado con estos servicios de tarot 806 (y no digamos, el pago con VISA), ya que en primer lugar, te llevarás un gran disgusto cuando la factura telefónica llegue a tu casa.
Lo que puedes esperar de un tarot 806
1. Que te digan TODO LO QUE QUIERES ESCUCHAR. Estás pagando por un servicio y quieren engancharte, de modo que cualquier pregunta que hagas por muy inverosímil que sea, será positiva. El objetivo es el siguiente: La satisfacción del cliente es tal que volverá a llamar para cualquier otra pregunta. Por otra parte, al no cumplirse las supuestas «predicciones«, el cliente o la cliente también llamará, para comprobar «qué está pasando». De ese modo, los ingenuos que acceden a estos números que aseguran videncia natural (tan natural como el hecho de engañar), se aseguran una cartera de clientes fijos, es más, los clientes satisfechos (y creyentes o ingenuos) recomendarán el servicio a otros.
Además, las supuestas videntes o tarotistas (la mayoría no saben apenas leer el tarot y su nivel cultural es pobre, por no decir inexistente), se encargarán de mantenerte en línea el mayor tiempo posible para hacer minutos. Por ley, las llamadas se cortan a los 30 minutos pero sutilmente se entretienen en naderías y dejan lo más interesante para el final. Resultado: el cliente vuelve a llamar y son 60 minutos que, traducido en euros, puede llegar desde los 70 hasta los 90 euros (hay que añadir el IVA y la tarificación de las compañías telefónicas por ser números premium). Si estas llamadas se repiten más de una vez al mes y hay que hacer dos llamadas por cada «consulta», imagínate la factura.
2. Que te asusten: Este es otro método para enganchar clientes. El o la supuesta vidente, tarotista o santero de turno te dirá algo preocupante como por ejemplo que todos tus problemas se deben a un mal de ojo o que alguien te ha hecho un «trabajo» y que se puede revertir el mal de ese «trabajo». Eso sí, estando minutos al teléfono o bien proponiéndote un pago «extra».
Tanto una opción como la otra son absolutamente mezquinas. Estos individuos proliferan a pesar de la crisis ¡Qué curioso! y pagan anuncios a todo color en revistas, anuncios de Google o en diarios, gracias al dinero de los incautos, ingenuos y creyentes, utilizando diversas estrategias que convierten a muchas personas en verdaderas «adictas».
Nuestro consejo es que no te dejes engañar por esos anuncios que prometen solución a los problemas o videncia natural, de nacimiento, videncia absoluta, aciertos 100%,… De nada te servirá que te digan que vas a encontrar trabajo si no mueves un dedo y es cruel engañarte diciéndote que tu amor va a regresar o que vas a encontrar al hombre ideal… Para después comprobar que todo es una farsa. Más mezquino aún es asustar al cliente.
El futuro es impredecible y depende de las decisiones que tomemos. Es imposible predecirlo, al menos en un 100%. Es cierto que algunas personas poseen cierto don con el que pueden adelantarse a los acontecimientos y de hecho, en la Historia muchos líderes han confiado en personas de este tipo… Pero son las menos y, desde luego, no las encontrarás en anuncios de videncia.
Quizá necesites sentirte reconfortada, aliviada, tener una esperanza en momentos tensos o duros… Estas personas se sirven de tu necesidad para engañar y hacer dinero a tu costa y no debes dar dinero a estafadores, porque el dinero cuesta ganarlo, pero es muy fácil perderlo. Si tienes problemas, dudas, es mejor confiar en la psicoterapia o, incluso, apoyarse en los amigos. Curiosamente, vivimos en un país en el que si dices que vas al psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra, te miran con cierta renuencia, incluso con rechazo, ya que existen muchos prejuicios con respecto a los profesionales de la psicología o con los psiquiatras … Pero si dices que acudes a videntes, eres «normal».
Esa es la España de la charanga y pandereta, la España de la picaresca… NO te dejes engañar.
Nota: Hemos bloqueado los anuncios Google sobre tarot, videncia y demás… Si los ven es porque Google así lo estima oportuno, teniendo en cuenta la temática del artículo. No somos nosotros quiénes los ofrecemos. Cada día bloqueamos cientos de anuncios de tarot y videncia y, por lo que vemos, hay muchos…