Sin lugar a dudas, los masajes son la herramienta terapéutica más antigua de todas las que el ser humano ha creado para proporcionarse un remedio completamente natural contra el dolor y al mismo tiempo contra el estrés, el cual aunque podemos considerar que es un problema relativamente nuevo, si analizamos la historia, las guerras que en ella han habido y las grandes construcciones arquitectónicas que alrededor de todo el mundo se han diseñado con extrema meticulosidad, nos daremos cuenta de que existe desde hace mucho.

El masaje aunque en resumidas cuentas se trata de la manipulación de los músculos del cuerpo por medio de sus capas superficiales y llegando hasta las más profundas con diferentes técnicas, es mucho más allá de lo que podemos imaginar en cuanto al gran potencial que tiene para ayudar en diferentes procesos curativos, disminuir la actividad refleja que tienen nuestros músculos, promover la relajación general de nuestro cuerpo y en fin, darnos una sensación de bienestar completamente plena.

Hay una gran cantidad de tipos diferentes de masajes, desde los que han sido diseñados y practicados durante cientos y hasta miles de años para relajar nuestro cuerpo y mejorar nuestras energías, hasta las más actualizadas técnicas de tacto estructurado que conocemos y que pueden ayudar como herramientas terapéuticas contra diferentes problemas físicos. Ampliaremos todo lo que necesitas saber al respecto de esta milenaria técnica todo con el propósito de que sepas que necesitas uno cada cierto tiempo para mejorar tu calidad de vida.

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Historia del masaje

Como puedes imaginarte, los primeros vestigios que arrojan evidencia de que los masajes existen desde hace mucho tiempo en diversas civilizaciones provienen precisamente del viejo mundo, de culturas que históricamente han tenido niveles culturales muy altos y que han realizado siempre interesantes prácticas en pro de su salud y al mismo tiempo de la relajación y mimo de sus gobernantes y clases altas; estamos hablando de civilizaciones como la antigua China, Japón, Corea e India y luego, acercándonos más a Europa, Roma, Grecia y Mesopotamia.

Uno de los vestigios más antiguos que se encuentran al respecto de los masajes está en Egipto, en la tumba del Akmanthor, también conocida como la tumba del médico gracias a las múltiples evidencias que apuntan a que el individuo que hay reposado se dedicaba a la medicina; este vestigios se trata de una ilustración en la cual dos hombres aparentemente esclavos, están haciendo masajes altos nobles, uno en los pies y otro en las manos de los últimos mencionados respectivamente. Esta pictografía data aproximadamente de unos 2300 años a. C.

Ahora bien, el primer escrito que se encuentra explicando abiertamente lo que es un masaje y escribiendo incluso su uso y forma de implementación, está en unos textos escritos en idioma Arcadio y Sumerio que datan exactamente de 2000 años a. C. y han sido hallados en la antigua Mesopotamia; en estos textos es donde se utilizó por primera vez la palabra masaje.

Por su parte China, los primeros vestigios datan de 700 años a. C. en un escrito llamado El Canon Interno del Emperador Amarillo, el cual es un resumen de todos los conocimientos médicos que se tenían hasta esa fecha y de hecho el día de hoy es la base de la medicina tradicional china; en 30 diferentes capítulos de este libro aparecen diferentes técnicas de masajes y hasta las formas en las que se tienen que implementar ante diferentes dolencias específicas y lesiones. Si continuamos buscando entre cada civilización encontraremos nuestras interminables de lo importantes y antiguos que los masajes son.

Tipos de masajes

Como hemos visto, la cantidad de culturas que han utilizado los masajes son realmente grandes y gracias a eso, también los tipos de masajes se fueron extendiendo poco a poco, especializándose cada vez en cuestiones muy específicas que respondían a los problemas más comunes de las diferentes civilizaciones, las cuales podían ir desde ayudar contra las lesiones que los soldados podían tener como consecuencia de las guerras, hasta la relajación de los gobernantes.

Partiendo de ahí es que precisamente hoy los masajes más conocidos son los masajes relajantes, que buscan única y exclusivamente hacer que quien lo recibe descargue toda la tensión acumulada en sus músculos por el estrés; para lograrlo, el masajista aplica niveles de presión firme y progresiva sobre zonas específicas del cuerpo de manera lenta, para poder ayudar a disminuir el tono muscular al mismo tiempo que relajar al paciente.

También son muy comunes los masajes terapéuticos, los cuales son parte de tratamientos para dolencias específicas y dentro de estos podemos encontrar una gran cantidad de variables, como por ejemplo los masajes de drenaje linfático que sirven para excretar de nuestro cuerpo toxinas que adquirimos por medio de la mala alimentación, también está el masaje quiero práctico que es para personas que tienen problemas de postura y hasta los masajes infantiles, que ayudan a los niños a mejorar su motricidad cuando por algún motivo específico desde pequeños tienen problemas con la misma.

Luego de estos tipos más convencionales, uno de los masajes más conocidos es el lomi lomi o hawaiano, uno de los primeros en utilizar una combinación de diferentes factores para lograr la relajación completa del paciente, entre los cuales están aromatizar la habitación en la que se ofrece el masaje, ambientarla con música hawaiana muy relajante y también disminuir la cantidad de luz central de la habitación para que sea tenue; este masaje recorre todo el cuerpo con los brazos, antebrazos y palmas del masajista de una manera suave y relajante, que alivia rápidamente contracturas musculares y por supuesto, elimina la tensión.

Hay muchos tipos más, masaje Gestalt, Ayurbédico, Pressel y Digitopuntura, por ejemplo.

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Técnicas de masaje

La técnica principal que todo el mundo conoce al respecto de los masajes es aplicarlos de forma manual, manipulando en ocasiones no sólo con las palmas de las manos, sino que también con los brazos y codos, los tejidos blandos del cuerpo, es decir la piel y los músculos y los tejidos que conectan los mismos; esta técnica que lleva tanto tiempo utilizándose ayuda no sólo a la relajación y el bienestar de quien recibió el masaje, sino que también promueve una mejor circulación sanguínea en el cuerpo.

Mientras han avanzado constantemente los años, los masajes se han ido modificando y se han ido haciendo cada vez más reconocidas técnicas en las que se utilizan otras partes del cuerpo para impartirlo, como por ejemplo en el masaje Cai Bei, que es un masaje oriental que se brinda con los pies sobre el cuerpo del paciente o también el masaje Tailandés, en el que el masajista utiliza prácticamente todo su cuerpo para mover al paciente en diferentes poses que ayudarán al paciente a mejorar su motricidad, armonía con su cuerpo y también relajar sus músculos hasta el punto en el que la tensión se vaya completamente.

Además de utilizar otras partes del cuerpo, hay modalidades de masajes que utilizan elementos adicionales para lograr mejor relajación sobre los pacientes y hablamos de elementos que interactúan de manera directa con el cuerpo, no como la musicoterapia o la aromaterapia; entre los más comunes que podemos encontrar hoy en día se encuentra el masaje con piedras calientes, que se hace flotando sobre el cuerpo piedras lisas de río previamente calentadas, por supuesto con aceites esenciales que, también hay una modalidad parecida en la que se utilizan varas de bambú para dar el masaje en todo el cuerpo en lugar de las piedras calientes.

Como dar un masaje

Es imposible que después de saber de todas las bondades que ofrece un masaje, que no queramos, aparte de recibir uno, saber cómo dar uno muy bueno a nuestros seres queridos y por eso veremos los puntos principales a conocer para dar un buen masaje aún sin ser profesional.

El primero consejo es concentrarte en los hombros, la espalda y los brazos para comenzar, pues es dónde se acumula una mayor cantidad de presión por el stress; luego recuerda utilizar aceites para movilizarte con mayor facilidad sobre el cuerpo del paciente sin molestarle.

Un gesto muy conocido en los masajes es el gesto del ocho, que consiste en masajear formando un ocho acostado en la parte trasera de los hombros con ambas manos, abarcando la tercera parte de la espalda, la parte alta y en donde se aloja la mayoría de tensión; puedes hacerlo despacio y con fuerza.

Otro es el gesto del tenedor, que consiste solo en pasar desde la espalda baja y hasta los hombros, con relativa presión, tus dos dedos índices masajeando los músculos que se encuentran a ambos lados de la columna a lo largo de toda la espalda.

El gesto de las tijeras es uno utilizado para toda la espalda, que consiste en deslizar una de tus manos hacia la izquierda y otra hacia la derecha al mismo tiempo sobre la espalda del paciente, recorriéndola toda haciendo líneas horizontales; utilizar estos tres gestos al menos en tres ocasiones y alternándolos en un masaje da perfectos resultados.

Si de verdad esto te despierta pasión, es una buena idea hacerlo de forma profesional, prepararte en diversas técnicas y disfrutar de trabajar en hacer masajes.

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