El maquillaje gótico tiene muchas variantes dependiendo del extremo hasta donde se lleve este estilo. Pero tiene unas características que cualquier maquillaje debe incluir, ya sea suave o muy recargado. El tono de la clara tiene que maquillarse con una base muy clara que parezca pálida y matizarlo con polvos blancos que le den la textura suave y aterciopelada a la cara.

Los labios y la mirada son los otros dos rasgos fundamentales que se deben pronunciar en un maquillaje gótico. Los labios se deben perfilar con un color negro y mezclar con una tonalidad morada o color sangre, para que le aporten ese estilo siniestro y tétrico propio del gótico. Deben quedar muy bien marcados y se puede hacer un degradado de color desde el perfil hasta el interior del labio.

Los ojos son la parte de la cara que puede maquillarse con más variaciones. La sombra de ojos negra es fundamental. Ésta debe ser muy exagerada pudiendo sobrepasar el nivel de las cejas, pintando pues unas artificiales arriba. También es necesario pintar con sombra oscura las ojeras y alargar la mirada hasta que se junte con la sombra de ojos de la parte de arriba.  Unos ojos grandes y oscuros son propios del maquillaje gótico.

Otra opción es dejar que descienda la sombra de ojos por las mejillas y hacia los lados, como si las lágrimas de los ojos hubieran arrastrado el maquillaje. A las sombras de ojos se le pueden añadir otros colores como el rojo o el morado para darle un carácter más singular.

Las pestañas tanto de arriba como de abajo se deben ver exageradas, por ello muchos maquillajes góticos utilizan pestañas postizas para acentuar este efecto.

Como complementos a este maquillaje gótico se pueden añadir algunos piercings o pintar sobre la cara alguna telaraña, la boca cosida, la nariz negra como si fuera la de un animal, lentillas siniestras o algunas líneas redondeadas de la línea de los ojos.