De acuerdo, no es lo mismo ir al médico de cabecera que ir al ginecólogo. Esa camilla que parece un potro de tortura echa para atrás a la más valiente. Pero es un paso indispensable para mantener tu salud genital.

Cuando acudes por primera vez a la consulta del ginecólog@ te preguntará si usas o no métodos anticonceptivos, si mantienes relaciones sexuales, si has tenido algún embarazo, si tienes las reglas muy abundantes… No, no es que sea cotilla, sino que estos datos son imprescin dibles para realizar un diagnóstico correcto, recetarte la píldora (si la quieres o necesitas) y hacerte un seguimiento serio y completo. Para que sepas qué debes responder, lo mejor es que conozcas de antemano sobre qué te va a preguntar. Apunta:

Estilo de vida: Si fumas, bebes alcohol, tomas fármacos u otro tipo de drogas, tus hábitos alimenticios, si practicas algún deporte, qué tipo de trabajo realizas, enfermedades, operaciones a las que te has sometido… Reglas: Edad de tu primera regla, cada cuántos días la tienes, duración e intensidad, fecha de la última menstruación…

Tabla de contenidos

Anticoncepción

Qué métodos utilizas (y si utilizas) Sexualidad: Con qué frecuencia tienes relaciones sexuales, si tienes pareja estable… Motivo de la consulta: Este es el momento en el que debes explicar claramente lo que te pasa, si tienes algún problema, deseas tomar la píldora o vienes a una revisión. Esta pequeña conversación ayudará a que se empiece a romper el hielo, si es tu primera vez, es lógico que necesites conversar un poco para no sentirte incómoda y prepararte para cuando comience el reconocimiento.

Chequeo

Toca desvestirse. Probablemente, tendrás a tu disposición un pequeño cuarto de baño donde podrás cambiarte y una bata para que te cubras. Tu ginecolog@ te pedirá que te sientes en la camilla de exploración: te sientas, te tumbas y separas los muslos, los levantas y apoyas los talones en unos soportes. Sinceramente, la postura no es muy cómoda para ti pero piensa que es la mejor para el ginecolog@. Te chequeará tu aparato genital externo para ver cualquier anomalía en caso de que la hubiera.

Exploración mediante el espéculo Posteriormente te introducirá en la vagina el espéculo, instrumento que se parece al pico de un pato, se introduce cerrado y cuando llega al cuello del útero se abre. Si eres virgen, es posible que el espéculo sea de menor tamaño y se abrirá tanto como el himen lo permita. Tranquila que no hace ningún daño: como mucho, la exploración puede ser un poquito molesta.

Citología vaginal

En algunas consultas se aprovecha que el espéculo está ya introducido en la vagina para hacer una citología vaginal, que consiste en recoger con una espátula algunas células semidesprendidas de la vagina y el cuello del útero. Estas células se depositan en un cristal, se tiñen y se miran por el microscopio. La información que da esta prueba es hormonal, infecciosa y morfológica (de cómo están nuestras células). Aunque es algo desagradable, es la prueba más efectiva para prevenir males mayores. Gracias a ella la proporción de mujeres que mueren de cáncer de cuello uterino ha disminuido en prácticamente un 70 por ciento.

Exploración de los pechos

El mejor momento para ello es después de terminar la regla pues la glándula mamaria está en las mejores condiciones para que la información obtenida en la exploración sea clara. Observará si las mamas son iguales, si hay alteraciones en el pezón, en la areola, si hay secreción por los pezones y constatará el tipo de pecho que tienes (fibroso, graso). Terminará con una palpación de axilas, donde se pueden esconder ganglios que hay que controlar.

Pudor, corte, vergüenza… Si crees que porque no tienes relaciones sexuales no es necesario pedir hora con el ginecólogo, ¡estás en un error! Esperar a tener vida sexual activa no hace a las mujeres menos propensas a presentar molestias vaginales. Las visitas al ginecólog@ deberían realizarse tras la primera menstruación o cuando tengas cualquier problema ginecológico y deben ser periódicas de por vida, tengas o no tengas actividad sexual. Te garantizo que a casi todas las chicas su primera visita al gine les produce corte. Es lógico, has de mostrarte no sólo desnuda, sino en una postura que muestra tu parte más íntima abierta y sin tapujos. ¿El mejor truco? Sin duda, y como en casi todo, ¡relajarse!

Tacto vaginal

Tranquila, que ya queda poco: después de retirar el espéculo te hará un tacto vaginal que no es más que –con mucho cuidado– te introduce el dedo índice y corazón (¡con guantes, evidentemente!) en la vagina (si eres virgen introducirá un dedo solamente) y con la otra mano presiona sobre el abdomen y delimita el útero para ver si tienes algún problema. No te preocupes, son profesionales que hacen esto cien veces al día, saben como tratarte y hacerlo con suavidad.