Durante los años setenta y ochenta muchos especialistas abogaban porque no solo era normal, sino bueno dejar llorar a los niños para dormir. Pensaban que el hecho de atender el llanto del bebé solo estaba premiando ese tipo de conducta y que se potenciaba que el pequeño acabara llorando como forma de manipulación hacia sus padres.

Pero hoy, prácticamente ningún especialista afirma esto y la mayoría de las tendencias apuestan precisamente por todo lo contrario: atender siempre el llanto del niño. Incluso muchos apuestan por el colecho como lo más natural entre una madre y su hijo.

El llanto del niño durante la noche es normal y se debe principalmente a dos factores: el hambre y la soledad. Y ambos tienen claros factores biológicos. En el caso del hambre, es fácil darse cuenta de que el niño va a llorar para ver atendidas sus ganas de comer. Hoy ya no se le pide a ninguna madre que haga esperar a su bebé sino que se le recomienda que lo alimente a demanda.

En el caso de llorar por soledad, también es muy normal y como tal debería de ser visto por cualquier padre o madre.

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La indefensión del bebé: no es bueno que se sienta solo

Cuando nacemos, estamos totalmente desvalidos. De niños no podemos defendernos de nada y dependemos totalmente de nuestros padres para poder sobrevivir, especialmente de nuestra madre que es la que, siempre desde un punto de vista biológico, nos alimenta.

llorar

Es normal que el niño quiera sentir la presencia de sus padres cerca ya que estando solo se sentirá indefenso y desprotegido. Y no deberíamos de permitir que tenga esa sensación, sino que debería de crecer en un ambiente que sintiera seguro y protector hacia él.

Es lógico que el bebé busque los brazos para quedarse dormido. ¿Acaso de adultos no buscamos un abrazo de nuestra pareja o nos gusta sentir su presencia en la misma cama cuando descansamos? Sabemos que somos vulnerables durante el sueño y por eso, la presencia de otras personas nos reconforta. Es bueno que el bebé sienta eso y esté a gusto.

Los niños no hacen teatro y es bueno saberlo

En ocasiones se ha acusado a los bebés de llorar para llamar la atención como si hicieran teatro. Evidentemente, llorar es una manera de llamar la atención, pero para cubrir su necesidad de protección. Un bebé de corta edad no sabe “hacer teatro”, no ha desarrollado esa capacidad y no llora si no siente que haya una razón para ello, independientemente de que los adultos no queramos entender su importancia.

Un bebé al que se atiende cuando llora, al que se le hace sentir seguro y protegido, se le permitirá crecer en un entorno emocional mucho más sano y será un niño más seguro de sí mismo, con más autoestima y menos miedos.

El colecho, una buena forma de atender a los niños

Para que los niños no tengan que llorar por la noche durante rato y los padres no tengan que levantarse de cada vez para abrazarlos, muchos apuestan por el colecho. Ya sea con el niño en la misma cama de los padres o con cunas unidas a la cama.

Estos sistemas permiten que se pueda abrazar al niño nada más comience a llorar y en el caso de alimentación natural, se le pueda dar el pecho sin que la madre tenga que levantarse, pudiendo reanudar el sueño con mayor facilidad.

El niño se sentirá muy protegido y cuando crezca, poco a poco y de forma natural, podrá comenzar a dormir en su cama sin miedos ni temores, sabiendo que podrá acudir a la cama de sus padres si una pesadilla lo despierta.

No es bueno dejar llorar a los niños para dormir. Ahora lo sabemos y por eso la forma de atender a los bebés ha cambiado.