Tener una familia, hacerse cargo de las tareas del hogar y además trabajar supone un gran esfuerzo y trabajo, muchas veces se nos hace cuesta arriba y sólo la idea nos cansa. No pasa nada si se tiene que recurrir a la ayuda de terceras personas para que se hagan cargo de las tareas domésticas como es la limpieza diaria, la cocina, el servicio de lavandería, plancha o el cuidado de los niños o personas mayores.
Una solución es contratar a una empleada del hogar de manera interna lo cual tiene grandes ventajas y desventajas tanto para la familia pero para la propia empleada.
Entre las ventajas para las familias es la gran libertad de la que disponen pues tienen el servicio durante las 24 horas del día, así no hay problemas con los horarios o si se llega más tarde a casa después del trabajo. Tener una empleada interna supone que la familia se puede ausentar varios días por un viaje o bien salir por las noches.
Otro de los beneficios es que al no tener hora de llegada ni de salida no existen retrasos ni contratiempos para la familia y el salario es mejor ya que la empleada interna no tiene que costearse la ropa, la habitación o las comidas. Por otro lado, en el caso de haber niños el apego entre la niñera y los pequeños se produce antes.
Sin embargo, las ventajas también acarrear unos inconvenientes tanto para la familia como para la propia empleada. La privacidad para las familias es menor ya que conviven las 24 horas con una persona que en un principio es extraña, mientras que para la empleada del hogar interna es mayor que si fuera externa.
Además, la casa debe ser lo suficientemente amplia para destinar una habitación y un aseo a esta empleada. Mientras que los inconvenientes para la empleada son mayores ya que no puede estar con su familia y por tanto no hay conciliación familiar – laboral, no hay flexibilidad horaria por lo que no puede tener más empleos y debe estar disponible las 24 horas del día.
Es cierto que aunque trabaje de lunes a domingo, esta empleada tiene que tener un día libre a la semana y que suele coincidir con el de los dueños de la casa. Las horas en las que no se reclame su servicio podrá descansar o destinarlo para asuntos propios.