El corcho es la corteza de los alcornoques que los protege de la sequía, de las altas temperaturas y de los incendios. El corcho está constituido por células muertas y su interior se llena de un gas similar al aire, esto es lo que hace el corcho tan liviano. Además, el corcho tiene grandes propiedades como que es un material comprensible y bastante elástico, impermeable a líquidos y gases y, quizás una de sus mejores propiedades es que tiene una elevada capacidad de aislamiento acústico y térmico.
El corcho tiene muchos usos pero el que todos conocemos y el que es más popular es el de tapón para las botellas de vidrio. Aunque este es el uso más destacado el corcho tiene otros usos importantes como es la producción de paneles con fines acústicos o decorativos que solemos encontrar colocados en la pared de las oficinas o colegios para colocar notas o avisos. También se usa el corcho como componente en los instrumentos de viento o podemos emplearlo como aislante térmico o acústico. Aunque no podamos creerlo el corcho es uno de los revestimientos más empleados para las superficies ya que es un aislante bastante resistente y es perfecto para emplearlo como aislante térmico consiguiendo una superficie agradable de pisar ya que no se enfría demasiado gracias al corcho y, tampoco se deforma con facilidad.
Hoy en día el aislamiento térmico está ganando importancia en todas partes y no sólo en las casas si no también en oficinas con el fin de ahorrar energía y reducir al mínimo el uso de aparatos eléctricos. El corcho es químicamente inerte por lo que no existe riesgo en su utilización. Posee un grado de impermeabilidad relativamente alto a la penetración del aire y agua gracias a la sustancia grasa que impregna las paredes de las celdillas que constituyen el material. Es uno de los materiales más ligeros (su densidad especifica es de 0.15 a 0.25) y su comportamiento frente al fuego es considerablemente bueno (clase e), además no desprende gases tóxicos en la combustión debido a su procedencia natural a diferencia de otros aislantes de origen químico.
Por otra parte el corcho como aislamiento posee un excelente ciclo de vida, tiene una alta durabilidad frente a otros aislantes, no le atacan los insectos y presenta una gran resistencia a los agentes químicos, es reciclable y reutilizable y en caso de convertirse en residuo es totalmente biodegradable.