Tanto los edredones antiguos como los vintage o de coleccionista, no sólo son valiosos para un coleccionista o amante de este material: sin duda, poseen también un valor significativo para cada miembro de la familia que lo haya usado, al haber creado un vínculo sentimental.

  Por este motivo, la importancia de mantener una colcha o edredón bien cuidado significa, en cierta manera, mantener viva una herencia de familia. Preservarla es importante y es únicamente responsabilidad de su dueño. He aquí algunos consejos útiles que contribuirán a mantener tu edredón siempre en buen estado:

  1. Ten en cuenta los tipos de materiales que se encuentran en los edredones. La mayoría fueron hechos con ropa que hoy ya es vieja y mezclada entre sí; por lo tanto, un solo edredón puede tener una multitud de tipos de tejidos. Las lanas se encuentran a menudo en los edredones con otros más resistentes, por lo que debemos poner atención a la hora de lavarlo y someterlo a altas temperaturas.
  2. Mantener limpio tu edredón vintage o antiguo es de lo más primordial. Sin embargo, las tintorerías hoy en día no están equipadas para lavar o limpiar los edredones más antiguos ya que los limpiadores que usan pueden causar grandes y permanentes daños en materiales como la seda; incluso, desintegrarlos.
  3. Cuando no lo estés usando, guárdalo en un lugar fresco pero cubierto para que no absorba malos olores. En este caso, nunca enrolles edredones en plástico y mantén los edredones separados unos de otros. La mejor temperatura media para guardarlos es de unos 21 grados C.

  Recuerda, además, que la luz solar directa puede dañar los edredones con el tiempo, por lo que mantenlos lejos de las ventanas. Asimismo, si estás pensando en colgarlo para airearlo, ten en cuenta que un estiramiento repentino podría desgarrarlo, sobre todo en los edredones que son verdaderamente de época. Prueba a usar un bastidor.   En conclusión, cuida este tipo de ropa de cama como si fuera un tesoro: tu tesoro familiar. Estas piezas de historia conforman nuestra herencia familiar y han sido tratados con cariño por nuestros familiares para que lleguen en buen estado a nuestras manos. ¿Por qué no hacer nosotros lo mismo?