Los detectores de humo, de bajo coste y fácil manejo, permiten la detección precoz de incendios, por lo que resultan imprescindibles para la seguridad del hogar. Además su pequeño tamaño los hace casi imperceptibles.
El número de hogares españoles equipados con detectores de humo es muy reducido, ronda el 25%; una cifra que parece aún más baja si se compara con EEUUU, donde el 93% de los hogares dispone de estos sistemas de seguridad. Los detectores de humos evitan en torno al 50% de las catástrofes domésticas generadas por incendios, ya que dan tiempo a la familia a evacuar la casa antes de que se llene de humo y llamas.
Por un precio no muy superior a 245 € se puede instalar en un hogar un sistema completo de detección de humos, cuyo número de terminales variará en función de los metros cuadrados de la vivienda y del tipo de techos que ésta posea. Dónde instalarlos A la hora de instalar un detector de humo es necesario tener en cuenta que para una correcta detección es necesario que las llamas estén a menos de 7 metros y que la señal acústica pueda ser escuchada en toda la vivienda. Lo más conveniente es situar las terminales de detección en la puerta de aquellas habitaciones en las que existe riesgo de que se genere un incendio.
En cuanto a las dimensiones de la casa y el número de detectores, hay que distinguir entre: Viviendas de una sola planta: el primer detector debe colocarse en la entrada de la casa o zona de distribución de los dormitorios y salas. Si la casa posee pasillos muy largos (entre 15 y 22 metros) deberá colocarse un segundo detector.
También habrá que colocar terminales diferentes en cada una de las zonas de dormitorios en el caso de que existan. Viviendas con varias plantas: el mejor lugar para colocar el primer detector es el hall. El segundo debe colocarse en la zona alta de las escaleras para detectar los posibles incendios en el nivel superior.
Posición del detector de humos
Dependiendo del lugar donde se pretenda colocar el detector, un techo o una pared, es recomendable tener en cuenta ciertas premisas: Techo: Lo ideal es colocar el detector de humos en el centro, ya que en las esquinas el aire queda “muerto” y no se mueve. Además se debe posicionar a una distancia mínima de 30 cm de cualquier artículo de decoración que pueda obstruir la entrada de humo.
Pared: Cuando existen en el techo vigas u otros elementos que impiden la instalación el detector se debe colocar en la pared a una distancia de no más de 30 cm del techo y manteniendo una distancia mínima de 15 cm con respecto a las esquinas.
Techo inclinado: En áreas en las que el techo esté inclinado, el detector de humos deberá colocarse a 90 cm horizontalmente desde el punto más alto del techo. Instalación Aunque ya existe en el mercado algunos detectores que se conectan al tendido eléctrico de la vivienda, la mayoría funcionan con pilas.
De ahí que sólo sea necesario seguir unos sencillos pasos para su colocación. Lo primero es seleccionar el lugar que va a ocupar. Una vez que se ha asegurado que no existe ningún tendido eléctrico en la zona se procederá a la perforación de los orificios donde irán situados los tornillos de sujeción.
Por último, y antes de colocar la tapa, se colocará la batería- pila que alimenta el detector señalando su próxima fecha de cambio y cerciorándose de que está correctamente colocada mediante una prueba de seguridad. Para evitar que el detector se cierre sin que la pila se encuentre en su interior, algunos modelos incluyen una señal de falta de batería.