Playas de arena blanca y aguas turquesa, ciudades cargadas de historia, paisajes de naturaleza exuberante y gente amable que sabe disfrutar de la vida… si estás pensando en viajar a Cuba, en la isla caribeña te espera todo esto y más.
Son muchos los destinos a elegir en los que poder pasar unos días inolvidables: Varadero, Santa Lucía, Cayo Largo, Trinidad… pero vayas donde vayas, no deberías dejar de visitar la capital isleña, la Habana, especialmente su centro histórico, la Habana Vieja, declarado Patrimonio de la Humanidad por méritos propios.
Perderte por las calles de la Habana Vieja es una delicia. Déjate llevar por el encanto de sus calles salpicadas de antiguas mansiones criollas y palacetes de arquitectura tradicional (muchos de ellos convertidos hoy en lujosos hoteles y restaurantes). Un primer recorrido por este barrio que conserva la esencia de Cuba, te llevará por calles adoquinadas y plazas de estilo colonial llenas de rincones con encanto. La calle de los Mercaderes, donde verás coquetas tiendas que llamarán tu atención, la calle Obispo, la Plaza de Armas, presidida por el majestuoso palacio de los Capitanes Generales (hoy museo de la Ciudad), la Plaza de la Catedral, y la Plaza Vieja, con sus casas de fachadas de colores y sus bares y terrazas que le dan una especial animación, son algunos de los lugares imprescindibles a incluir en este paseo que no dejará de sorprenderte.
Cuando pasees por este singular casco histórico, repleto de contrastes, fíjate en los edificios que encontrarás a tu paso porque muchos de ellos son magníficos ejemplos de distintos estilos arquitectónicos que van desde el neoclásico al barroco y al art decó. Muchos de ellos, además, esconden en su interior hermosos patios adornados por flores y plantas autóctonas. En tu paseo incluye también una parada en la Plaza de San Francisco para visitar el convento del mismo nombre.
Como colofón a tu visita a los lugares más interesantes de la Habana Vieja, acércate a descubrir el imponente sistema de fortificaciones que servía para proteger la ciudad. Lo forman tres castillos: el de la Real Fuerza (en cuya torre podrás ver La Giraldilla, todo un símbolo de La Habana), el de San Salvador de la Punta y el de Los Tres Reyes del Morro.
Ya has visto lo más interesante del casco antiguo, pero te queda descubrir La Habana Vieja de noche, con su ambiente único y sus míticos restaurantes como El Floridita o La Bodeguita del Medio que destacan junto a un sinfín de locales donde disfrutar de los ritmos cubanos y de la alegría de la gente.