Hay quienes nacen para liderar y quienes necesitan potenciar los dotes de líder para conseguir alcanzar sus objetivos en el terreno laboral. Cualidades como el carisma son algo innato que cada persona tiene o no tiene. Pero otras sí pueden aprenderse o potenciarse con el tiempo para convertirse cada vez más en un buen líder al que otros deseen seguir.
Cada vez son más las personas recurren a coachs profesionales que ofrecen cursos para potenciar las dotes de líder. Estos cursos suelen ser muy efectivos para aprender las herramientas que pueden marcar la diferencia entre quedarse en un puesto de nivel intermedio en la empresa o poder alcanzar los puestos más codiciados y avanzar en el terreno laboral hacia las metas que cada uno se haya propuestos.
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Un líder tiene que dar ejemplo
Un líder o un aspirante a líder siempre tiene que dar ejemplo en el trabajo. No puede poner excusas, debe de entregar sus proyectos a tiempo y siempre tiene que estar dispuesto para echar una mano. Darlo todo en el trabajo es la mejor manera de demostrar que no pides más de lo que tú mismo das y te ganarás el respeto de tus compañeros.
No escapes de las responsabilidades, al contrario, muéstrate dispuesto a asumir nuevos retos y a colaborar para que seas una persona con la que contar cuando haya una posibilidad de ascenso o para asumir la jefatura de un grupo. No dudes en mostrar tu interés por este tipo de puestos.
Practica la comunicación asertiva
Nunca debes de tener miedo de exponer y defender tus ideas, especialmente cuando estés convencido de que estás en el camino correcto. Pero sí tienes que cuidar mucho la forma en la que lo haces. Tu manera de expresarte no puede resultar violenta para el resto de compañeros.
Defender tu punto de vista no tiene por qué suponer atacar el de los demás. Por eso, trata siempre de expresarte de una forma firme pero cuidada para que nadie se sienta atacado ni herido. Ten especial cuidado en no dañar los sentimientos de los demás cuando expones tus posiciones y en no despreciar su trabajo.
Para destacar no necesitas pisar a nadie, así ganarás aliados por el camino a los que podrás convencer de tu forma de pensar en lugar de enemigos que no van a apoyarte ni siquiera si ven que realmente estabas en lo cierto, porque estarán dolidos contigo.
Cree en ti mismo
Es complicado que otras personas confíen en ti si no eres capaz de confiar tú mismo. Por eso, debes de demostrar que tienes autoconfianza y que apuestas por tus posibilidades. Evita frases como “es que soy torpe para hacer esto” “no sé si voy a ser capaz de conseguirlo” o cualquier otra expresión que muestre dudas sobre tus capacidades porque eso será lo que los demás escuchen y acaben creyendo.
Por el contrario, cámbialas por otras como “Esto no es mi punto fuerte, pero voy a trabajar para sacarlo adelante con éxito” o “No es fácil, pero vamos a conseguirlo”. Ese entusiasmo se contagia también a los demás y te verán como un líder con ganas de luchar y de conseguir todos tus objetivos. Aporta siempre soluciones y no problemas para que te vean como alguien resolutivo que busca la manera de avanzar y no como un obstáculo.
Potenciar tus dotes de líder está en tus manos, tanto si lo haces por tu cuenta como si recurres a algún coach que te de las herramientas para trabajar esta parte de ti. Verás como si tú mismo te consideras líder y te comportas al respecto, los demás te percibirán así.