Es una de las consultas más solicitadas en los buscadores, ¿Cómo conquistar a un hombre? En esta publicación, siempre hemos pensado que, en cuestión de amor, seducción, conquista o como prefiráis denominarlo, no hay unos patrones determinados a seguir. Cada hombre es diferente, al igual que cada una de nosotras somos diferentes. Generalizar y establecer tópicos, tanto si un hombre quiere saber cómo conquistar a una mujer como si una mujer quiere saber cómo conquistar a un hombre es una pérdida de tiempo… ¿Y si preguntamos a un chico? Tal y como hicimos en el post Cómo saber si le gustas a un hombre, en esta ocasión le hemos pedido opinión a un hombre. Sergio, de 26 años, es nuestro «consejero», aunque a él no le guste aconsejar. Nos ha encantado su opinión y sus reflexiones, llenas de sensatez y madurez.
¿Cómo conquistar a un hombre?
Nunca me han gustado los típicos artículos o consejos sobre cómo conquistar a una mujer o cómo conquistar a un hombre porque, principalmente se basan en clichés, en ideas preconcebidas y hasta en prejuicios. Creo que, en caso de elaborar una lista de consejos deberíamos pensar más en lo que nos diferencia y en lo que nos une, no en generalizaciones. La diferencia está clara. No revelo nada nuevo si digo que hombres y mujeres somos distintos en muchos aspectos. Respecto a lo que nos une, también hay puntos en común: La incomprensión mutua respecto al comportamiento del sexo contrario y la tendencia a generalizar o estereotipar porque, quizá, con esos patrones nos sentimos más seguros.
He visto a mis hermanas o a amigas leer esos consejos o las he escuchado comentándolos. De hecho, cuando trabajaba como becario en Londres, una redactora de una revista femenina me invitó a participar en un artículo del tipo «Qué es lo que los hombres buscan en una mujer» (ni siquiera recuerdo el título exacto). Era uno de esos artículos en los que hacen preguntas a varios hombres, ya sabéis, esos en los que aparecen: «Marco, 21 años, modelo», «Rob, 29 años, fotógrafo»… No puedo opinar sobre otras revistas pero, en mi caso, os puedo asegurar que maquillaron bastante las respuestas, para hacer más atractivo el artículo en cuestión.
Desde entonces, siempre he querido mostrar mi punto de vista, mi verdadera opinión. Por ello, con mucho gusto colaboro en esta publicación y agradezco la oportunidad que me brinda para expresar mi opinión.
Desde que mis hormonas hicieron acto de presencia, he tenido varias relaciones con mujeres muy distintas hasta que, a día de hoy, he encontrado a una mujer con la que soy feliz. No pretendo presumir ni nada parecido. No he sido ningún playboy y considero que el hecho de haber tenido varias relaciones supone más un aprendizaje que un motivo para alardear. Tampoco pretendo pecar de modesto. Mentiría si dijera que el hecho de haber tenido varias relaciones, algunas mejores y otras peores, no me halaga. Simplemente, soy un hombre normal.
En fin, no me gusta dar consejos porque no me considero experto en la materia, por lo que prefiero denominarlo recomendaciones o sugerencias. Y allá van… (Espero que os gusten)
Tener tu propia marca: Seguramente habrás escuchado o leído este consejo muchas veces, pero es cierta. Las mujeres que tienen éxito con los hombres se muestran tal y como son. Pueden ser extrovertidas, decididas, dulces, divertidas, inocentes o más serias. En cualquier caso, tienen una personalidad, una mentalidad o unos valores que las hacen únicas. No fingen, no se esconden bajo una máscara, no imitan a nadie. Son ellas mismas, con sus virtudes y defectos, se guían por su propio instinto y se aceptan a si mismas tal y como son. Lo mismo nos ocurre a nosotros. Con esto quiero decir que debemos explotar lo mejor de nosotros mismos y no fingir. Un hombre puede presentarse como un príncipe y convertirse en un monstruo. Una mujer puede parecer encantadora y resultar ser una pesadilla.
Sintonizar y adaptarse: Muchas veces, hablando con una chica, he tenido desde el primer momento la sensación de que no sintonizábamos. No estábamos en la misma onda. Da igual si era yo quien tomaba la iniciativa o si era ella. No había eso que muchos denominan «feeling», lo cual es un mal comienzo. Pero, a veces, ese mal comienzo resulta ser sólo una anécdota, si se presenta la oportunidad de relacionarnos más frecuentemente. Dicen que la primera impresión es lo que cuenta y, en mi opinión, creo que el impacto, o el recuerdo de la primera impresión, depende de las circunstancias. No es lo mismo un encuentro de una noche que una convivencia, ya sea en un grupo de amigos, en tu barrio o en el trabajo.
Si algo he aprendido es que la conexión o la chispa es algo que puede surgir desde el primer momento o aparecer con el paso del tiempo, en el día a día, cuando vas conociendo a la otra persona. ¿Alguna vez tú o algún/a conocido/a no ha sentido rechazo por un hombre a quien en principio no soportabas y de repente te ha comenzado a gustar? Lo mismo nos ocurre a nosotros.
La conquista puede ser espontánea o también un proceso de adaptación mutua y cuando digo adaptación no me refiero a adoptar los mismos hábitos, gustos y valores que la otra persona, fingiendo ser lo que no somos o querer lo que no queremos… En mi opinión, la adaptación consiste en aceptar lo bueno y lo menos bueno de la otra persona, ceder o dejar muy clara nuestra postura si no estamos de acuerdo en algo.
¿El físico importa?: Sí. No quiero ser necio y negarlo. Los hombres somos muy visuales y, ciertamente, nos atraen las mujeres bellas. Pero que nos atraigan o que llamen nuestra atención, no implica que nos conquisten o que las imaginemos como pareja. Cuando hablamos de conquista o, incluso, enamoramiento, no es el físico en si lo que nos atrae, sino otras cualidades adicionales. Por otra parte, no todos tenemos los mismos gustos, ni observamos la belleza de la misma manera. En cuestión de físico, a uno de mis amigos le atraen las mujeres morenas y delgadas, a ser posible altas, sean más o menos agraciadas. Otro amigo se siente más atraído por mujeres con curvas, sean altas o bajas. A mí me conquistó la naturalidad y la feminidad de la que hoy es mi novia, sus ojos, su sonrisa, su aspecto siempre natural y cuidado sin caer en el exceso, su cabello… Y, respecto a lo personal, su forma de ser, su positivismo ante la vida y su sensatez. ¿Me habría conquistado sin esas cualidades personales? No. Con toda seguridad, me habría sentido atraído… Pero no conquistado.
Saber cuáles son los límites: Cuanto más nos obsesionamos con algo, más lo alejamos. Una cosa es que, efectivamente, nos sintamos halagados cuando una mujer se interesa por nosotros, colmándonos de atenciones. Nuestro ego se dispara, nos encanta… Pero todo tiene un límite y tanta atención puede agobiarnos o alejarnos, sobre todo cuando nos sentimos perseguidos, cuando se nos halaga en exceso, cuando se nos reprocha algo, cuando vemos celos o cuando se nos pide explicaciones sin derecho alguno… Si ya de por si en una relación los reproches, el pedirnos explicaciones continuamente, el control o los celos pueden estropear dicha relación. En la fase de la conquista nos provoca rechazo. A menos que uno sea masoquista, ¿quién quiere ser conquistado por alguien que, desde un primer momento, ya se muestra como una pesadilla?
Saber si los consejos sobre cómo conquistar a un hombre son serios (incluidos los míos): Antes de «atreverme» a redactar estas sugerencias, he leído los típicos consejos sobre cómo conquistar a un hombre y he leído consejos tales como «Ríete cuando diga algo gracioso», «Eleva su autoestima», «Muéstrate femenina»… ¿Y esos consejos los dan mujeres a otras mujeres? Si hablamos de un hombre machista, de un hombre muy inmaduro -que los hay- o si forma parte de la cultura de ciertos países, esos consejos funcionarán, sin duda. Y claro que nos gusta una mujer que sepa apreciar nuestro sentido del humor o que nos anime en los momentos bajos y que sea femenina, pero no por obligación, ni por engaño.
De la misma manera, tampoco un hombre debería mostrarse encantador sólo para conquistar. Quizá me repita cuando digo que hay que ser uno/a mismo/a aunque todos, absolutamente todos, mujeres y hombres, intentamos siempre mostrar nuestra mejor faceta. Una cosa es agradar, lo cual entra dentro de la lógica y otra fingir o rebajarse. ¡Y hasta en eso habría mucho que decir! No creo que ser excesivamente complaciente en la conquista o en las relaciones con los demás sea una buena manera de conseguir lo que se desea. Más bien al contrario. Los seres humanos, tenemos instinto, como buenos animales que somos… Que lo utilicemos para bien o para mal ya es otra cuestión. ¿Qué quiero decir con esto? Todos intuimos la debilidad o la fortaleza de los demás. Mostrarse excesivamente complaciente es como un radar que, con toda probabilidad, atraerá a depredadores.
Otro de los consejos típicos sobre cómo conquistar a un hombre es ponerlo difícil para merecer nuestro respeto. De acuerdo, sí, por mucho que la sociedad haya evolucionado, aún sobrevive nuestro instinto protector y conquistador… Y, efectivamente, nos encantan los retos. Pero no creo que haya que llegar a los extremos. A menos que una chica nos guste mucho, ponerlo difícil es una pérdida de tiempo para ambos… Si la chica no nos gusta demasiado, lo probable es que abandonemos .
Prefiero cambiar el consejo «ponerlo difícil» por «tener dignidad». Es verdad que la conquista y la seducción es, en parte, un juego. Pero no tiene por qué ser una competición… Y aunque aporte mi opinión como hombre, creo que no hay un libro de instrucciones ni consejos fiables al cien por cien… ¡Incluidos los míos!