El ciprofloxacino o ciprofloxacina es un antibiótico cuyo uso está recomendado para acabar con las bacterias causantes de infecciones como la neumonía, la fiebre tifoidea, la diarrea infecciosa, la gonorrea, infecciones graves de piel, huesos o del área del estómago y también ciertas infecciones en la próstata. Es tan fuerte que incluso ha sido utilizado en alergias biológica y para combatir el ántrax. Aunque en ocasiones en las que no había otras opciones ha demostrado tener cierto éxito en tratamiento de infecciones urinarias y de los senos nasales, no es recomendable su uso cuando hay alternativas, ya que para este tipo de infecciones es suficiente con un antibiótico más suave.

Tabla de contenidos

Presentaciones del Ciprofloxacino

Las diferentes marcas y laboratorios ofrecen presentaciones variadas de este antibiótico. Las más habituales son como una suspensión para administrar vía oral o en comprimidos. También existe ciprofloxacino para su administración en inyectables o para utilizar directamente en zonas concretas, como por ejemplo los ojos.

Además de presentaciones genéricas encontramos este antibiótico bajo marcas como Araxacina, Baycip, Ceprimax, Cetraxal, Ciproactin, Ciproctal, Cunesin, Doriman, Estecina, Felixene, Globuce, Piprol, Rigoran, Sepcen o Ultramicina.

Como usar Ciprofloxacino

Para que este antibiótico funcione mejor se recomienda tomarlo con el estómago vacío y no acompañarlo nunca de zumos enriquecidos con calcio, ya que el calcio evita que se absorba correctamente. Tampoco se debe de tomar con lácteos por este mismo motivo.

Todos los antibióticos deben de ser administrados por el médico y bajo receta, pero en caso como el del ciprofloxacino es todavía más importante hacerlo así ya que su uso debe de limitarse a los casos en los que no hay alternativas más suaves. De otro modo, es fácil que el cuerpo acabe generando una resistencia a los antibióticos que se utilizan normalmente para las dolencias comunes.

Efectos secundarios del Ciprofloxacino

Los efectos secundarios más habituales al consumir ciprofloxacino son nauseas, diarreas y vómitos que pueden ir acompañados de dolor abdominal. También se pueden producir dolores de cabeza, nerviosismo y erupciones en la piel con  manchas rojas.

Pese a ser un medicamento muy fuerte, es muy bien tolerado por el cuerpo y los efectos secundarios pueden corregirse en la mayoría de los casos utilizando protectores gástricos. En muchos casos, tras los primeros día de uso, los dolores de cabeza y el nerviosismo acaban desapareciendo.

Aunque no es habitual, como cualquier medicamento el ciprofloxacino puede causar algún tipo de reacción alérgica, en cuyo caso habría que dejar de usarlo de inmediato y acudir al médico.