Cuando nos proponemos iniciar una dieta, nuestra mente asume el nivel DEFCON3. Posteriormente, durante los primeros días, aceptamos nuestros nuevos hábitos y se activa el DEFCON2 … Finalmente, nos frustramos porque no vamos al ritmo que desearíamos, porque no podemos permitirnos los caprichos de quienes no están a dieta o por otros motivos. Es entonces cuando se activa el DEFCON 1.

¡IMPORTANTE!

Antes de comenzar cualquier dieta, acude a un profesional (endocrino, nutricionista). Somos muy insistentes en esto pero es importante. Destierra por completo esa frase de «Para ser bella hay que sufrir» y no confíes en dietas milagrosas, por muy de moda que estén o por mucho que te la recomienden. Adelgazar no es sólo una cuestión de estética, implica también tu salud física y psicológica y no existen milagros. Es más, esas dietas rápidas y publicitadas tienen sus consecuencias a corto o largo plazo. Si acudes a un buen especialista, verás que una dieta de adelgazamiento no consiste en dejar de comer ni en hacer barbaridades. Incluso puede que tengas que comer más, comer todo tipo de alimentos… ¡En realidad, una dieta es un cambio de hábitos, no una carrera contrarreloj en la que todo vale!

Y comenzamos con varios trucos psicológicos para adelgazar

Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos abandonamos la dieta por motivos emocionales, es evidente que nuestra mente despliega todo un ejército de emociones y pensamientos, convirtiéndose en nuestro peor enemigo. Por ello, numerosas personas abandonan su dieta de adelgazamiento, porque piensan, por ejemplo,  que no podrán volver a comer lo que les gusta, que pasarán hambre, que se sentirán diferentes a los demás, que la dieta es como una penitencia…  En resumen: Pensamientos negativos que acaban haciéndonos desistir.

Ya se trate de una dieta de adelgazamiento, dejar de fumar o adoptar hábitos saludables, el resultado de casi todo lo que no nos proponemos (y que depende de nosotros), se basa en la actitud que adoptemos.

Estos cinco trucos psicológicos para adelgazar se basan precisamente en diversos recursos procedentes de técnicas psicológicas. Son totalmente inofensivos, de modo que no implican ningún riesgo. Sin embargo, lo importante es que tú consigas crear y poner en práctica tus propios trucos psicológicos para adelgazar… ¡Pero ten siempre presente que deben ser inofensivos, saludables y positivos!

1 Cambia tus pensamientos

Cambia tu vocabulario y elimina las palabras negativas.  Te parecerá una tontería o uno de esos mitos sobre pensamiento positivo con los que se venden cientos de libros de autoayuda, pero lo cierto es que las palabras, o mejor dicho, el significado que atribuimos a las palabras, afectan a nuestro estado de ánimo porque los pensamientos, inevitablemente generan emociones.

Cuando decimos, escuchamos o pensamos palabras como «perder», inmediatamente lo asociamos a fracaso, pérdida, cambio. «Tengo que perder cinco kilos». O el «No puedo» como  «No puedo comer lo que me gusta». O «deber», «Debo adelgazar». Todas esas  palabras y frases, aunque no sean pronunciadas, son desesperanzadoras. Sin embargo, si utilizamos palabras y frases con una connotación positiva «Quiero conseguir la silueta que deseo», «Voy a ganar salud y confianza en mi misma», tú misma te motivarás y te convencerás. ¡Sólo se trata de cambiar un hábito, si lo piensas! ¿Te has fijado que en el eslogan del nuevo spot de Special K? «¿Qué vas a ganar»?

Piensa en todas las palabras que tienen una connotación negativa para ti , ya que no todos somos iguales y procura convencerte para utilizar frases o palabras estimulantes y motivadoras. Un ejemplo lo tienes en la imagen de arriba. ¿Cuántas frases positivas y estimulantes puedes crear?

Lo mismo ocurre cuando nuestros pensamientos se basan en imágenes. ¿Sabías que el cuerpo no distingue entre ficción y realidad? Por ejemplo, piensa que estás mordiendo una raja de limón. Recrea con detalle el olor, el sabor… Notarás cómo comienzas a salivar. Lo mismo ocurre cuando tenemos apetito y pensamos en un suculento plato o cuando fantaseamos con algo que nos excita o que nos asusta… Tu cuerpo reacciona ante un hecho que no es real.

Utilizando, para bien, los efectos que producen nuestros pensamientos, podemos calmar nuestra ansiedad, eliminar nuestras reticencias y motivarnos. Una de las técnicas más utilizadas es la visualización creativa. Numerosos deportistas de élite la utilizan para rendir al máximo y motivarse a si mismos. Consiste en recrear mentalmente aquello que deseamos conseguir, con los máximos detalles posibles. Por ejemplo, puedes visualizarte a ti mism@ con una nueva figura, sin los kilos que te sobran. O puedes recrear cualquier otra experiencia que te motive.

 

2 Lograr objetivos que merecen un premio

Cuando te propones algo positivo y lo consigues, te mereces un premio. A todos deberían educarnos así y así deberíamos educar a nuestros hijos; con estímulos positivos, con premios cuando hacen algo bien. Sin embargo, muchas personas han sido educadas en la recriminación y el castigo por lo que no sienten que su esfuerzo merezca la pena y si no vale la pena, ¿para qué intentarlo?

Sea cual sea la educación que hayas recibido, con estímulos positivos o sin ellos, ahora eres adulta y, aunque lo ideal es rodearse de un entorno que te apoye y que aprecie, admire o premie tus logros, si no lo tienes, no necesitas a nadie que te aplauda. Tú misma has aprendido a ser tu peor enemiga -otro hábito-, ¿Por qué no actuar a la inversa? Tú puedes premiarte cada vez que logres un objetivo. Por ejemplo: Al perder los primeros tres kilos puedes regalarte una sesión de belleza. ¡Lo mereces! O puedes comprarte esa prenda de ropa que tanto te gusta. O proponerte que, al terminar la dieta, te regalarás ese viaje que te apasiona.

 

3. Elegir el momento adecuado

La publicidad y los medios nos intentan convencer de que debemos iniciar una dieta antes del verano, para lucir cuerpo. La llamada «operación bikini» de modo que nos imponen los tiempos. Pero, ¿y si no te encuentras preparada? Puede que atravieses una época de intenso trabajo, quizá tengas exámenes o tengas que afrontar problemas personales… Sea por el motivo que sea, si te sientes agotada o agobiada, física o psicológicamente, lo más probable es que abandones la dieta, por lo que eres tú quien debe elaborar tu propio calendario y elegir el momento adecuado, cuando estés convencida o segura de que vas a iniciar y continuar con tu dieta. Puede ser un momento planificado o puede surgir en una determinada época en la que te encuentras con ánimos.

 

4. Trucos psicológicos para adelgazar a la hora de la comida 

Si comparas estos dos platos, verás que la cantidad de comida es la misma, pero el tamaño del plato hace que uno parezca que contiene más comida. En numerosas ocasiones, nuestro apetito depende de lo visual de modo que, utilicemos lo visual.

Por otra parte, un estudio del Journal of Consumer Researchse ha comprobado que el color del plato también es importante. En un experimento determinaron la relación entre el color del plato y la cantidad de comida servida. Los investigadores repartieron dos tipos de platos, blancos y rojos. También ofrecieron dos ricas opciones: espaguetis con salsa de tomate y espaguetis con salsa de queso.

En el experimento se comprobó que, cuando coincidía el color de la comida con el color del plato, las personas se servían un 30% más de cantidad, como los que comieron espagueti con salsa de tomate en plato rojo y los que comieron espagueti con salsa de queso en plato blanco.

La explicación a este experimento es que, cuando el color de la comida coincide con el color del plato, la cantidad que nos servimos es confusa, por lo que fácilmente podemos servirnos más o comer más.

Un ejemplo: ¿De estas dos grandes tortillas de patatas cuál te apetece más? Son iguales y, probablemente, te resultaría más fácil comer más cantidad de la segunda que de la primera. Porque el color del plato no sólo influye en la cantidad que te sirves, sino en la cantidad que comes.

5. Pon en marcha tu creatividad

Normalmente, los primeros días de la dieta son los más duros. Nuestro cuerpo se ha de acostumbrar a adquirir nuevos hábitos. Después, el cuerpo es sabio y se adapta, incluso nos sentimos mejor porque nos estamos alimentando bien -si nuestra dieta es sana y no es ninguna locura-. Aun así, es normal que tengamos momentos bajos.

Conociendo el poder de la mente para convertirse en nuestra mejor aliada o en nuestra peor enemiga, lo mejor es librarse de todos aquellos pensamientos que nos impidan avanzar, canalizándolos mediante la creatividad. Esto tiene mucho que ver con el punto uno. ¿No te sientes capaz de pensar positivamente? Tal vez necesites plasmar tus metas de diversas maneras: Creando tus propios collages con imágenes motivadoras, realizando montajes fotográficos en los que te ves estupenda y radiante, escribiendo lo que deseas conseguir como si ya hubiera sucedido y fuese una historia real…

 

Si tienes tus propios trucos psicológicos y quieres compartirlos, ¡Eres bienvenid@! Pero recuerda… No juegues con tu salud.