El bizcochuelo base se utiliza para realizar todo tipo de tartas, pero también es un placer en sí mismo y resulta ideal para acompañar el café del desayuno o para la hora de la merienda. Con un bizcochuelo casero esponjoso y bien hecho siempre se queda bien y es un dulce muy fácil de realizar y muy económico.

Ingredientes: 250 gramos de azúcar, 8 huevos, 250 gramos de harina para bizcocho, 50 gramos de mantequilla, esencia de vainilla al gusto que se puede sustituir por agua de azahar si se prefiere que el bizcocho tenga un toque a naranja y levadura, solo si no la contiene ya la harina.

En un recipiente pon los huevos con el azúcar y bate todo con una batidora, mejor si es de varillas, hasta que adquiera un tono blanco y se vuelva espeso. Cuando se haya logrado esto hay que comenzar a agregar la harina con la levadura de forma progresiva, muy despacio y con movimientos envolventes.

Este paso es muy importante y no nos tiene que importar dedicarle un poco de tiempo extra, ya que al realizar el movimiento envolvente mientras se añade poco a poco la harina se consigue que la masa esté totalmente oxigenada y eso dará como resultado un bizcochuelo muy esponjoso.

Por último, se añade la mantequilla y la esencia de vainilla realizando también movimientos envolventes.

La cocción

Es conveniente poner el horno a precalentar cuando se comienza a hacer la masa. De este modo estará preparado cuando se acaben de mezclar los ingredientes, garantizando así que la masa no se baje.

Si se tiene un molde clásico para bizcochos, de los metálicos, hay que prepararlo previamente con mantequilla y harina para evitar que se pegue. Pero lo más recomendable es utilizar un molde de silicona, mucho más modernos y prácticos y que no hay que enharinar previamente.

El tiempo y la temperatura de cocción del bizcochuelo va a depender de cada horno. Hoy son tantos los sistemas que hay que es muy difícil dar una referencia. No es conveniente abrir el horno para comprobar el bizcocho, ya que se bajaría, así que hazlo solo cuando lo veas dorado y te parezca por su aspecto que puede estar listo. Apunta el tiempo que le ha llevado cocinarse y así sabrás para otras veces cuánto debes de esperar sin necesidad de abrir el horno.

La presentación

Cuando esté listo apaga el horno y deja que el bizcocho enfríe poco a poco, abriendo la puerta progresivamente. Por último, colócalo sobre una rejilla y solo cuando esté totalmente frío desmóldalo. No tengas prisa en hacerlo, ya que si lo desmoldas antes de tiempo se puede romper.

Este bizcocho es muy sencillo y no necesita una presentación especial. Solo hay que colocarlo sobre una bandeja y estará listo para tomar. Si lo cubres con una tapa o con papel de aluminio se mantendrá fresco y rico durante varios días.

En algunos lugares es tradicional acompañar este tipo de bizcochuelo con quesos tiernos con una ligera acidez lográndose un delicioso contraste de sabores.