Lumbalgia o hernias discales son algunas de las consecuencias de dormir en un colchón de mala calidad o que simplemente no es el adecuado. Es muy importante la elección correcta del colchón ya que este puede suponer una gran inversión económica al principio pero muy beneficiosa a nivel de salud.
Existen una serie de colchones que combaten y previenen estas enfermedades, son los colchones terapéuticos. Se tiene la percepción de que este tipo de colchones están destinados a personas encamadas para prevenir las úlcera o para personas mayores.
Lo cierto es que este tipo de colchones presenta numerosos beneficios para todos los públicos y no necesariamente hay que padecer alguna enfermedad. Además, los colchones terapéuticos son perfectos para las personas muy alérgicas ya que estos colchones están envasados al vacío y por tanto son antialérgicos.
Otro de los beneficios de estos colchones es que no ejercen ningún punto de presión sobre el cuerpo lo que favorece la circulación sanguínea y que el cuerpo se adapte perfectamente.
Por otro lado, los colchones terapéuticos son ideales para las parejas ya que con el tiempo los colchones adquieren la forma del que duerme. Estos colchones aseguran que gracias a su dureza y solidez, las deformaciones o vibraciones no se transmiten a la otra persona.
Los colchones terapéuticos garantizan el descanso que necesitáis, un sueño conciliador y el poder decir adiós al insomnio. Probablemente, la primera noche no se sienta nada pero con el paso de los días quien lo prueba asegura que tiene más energía.
Es cierto que para que todo colchón sea 100% eficaz hay que acompañarlo con una serie de rutinas del sueño que nos ayudarán como por ejemplo hacer ejercicio física cada día; no hacer una siesta de más de 45 minutos; evitar los estimulantes como por ejemplo leer un libro en la cama, ver la televisión o jugar con el móvil, Tablet u ordenador; así como tener unos horarios regulares.
Puede que durante las primeras semanas aparezcan algunas dolencias porque no parece cómodo, pero estas desaparecerán hasta que el cuerpo se adapte a este colchón. Los colchones terapéutico no tienen nada que ver con los de látex o viscoelástico, por eso pueden parecer algo incómodos.