El suelo es una de las superficies más sufridas del hogar, y para mantenerlo en perfecto estado sólo hay que dedicarle un poco de tiempo. La limpieza depende del material, y le resultará sencillo si sigue algunos consejos.

Limpie los suelos de plástico o vinilo con agua y detergente, y cuando estén bien aclarados, extienda una fina capa de cera abrillantadora. En el caso de que el suelo sea de mármol, basta con quitar el polvo y pasar un trapo húmedo. Si está muy sucio, utilice un detergente suave y aclare bien con agua limpia. Las manchas localizadas desaparecen con acetona o agua oxigenada.

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Suelos embaldosados

En los suelos embaldosados retire el polvo, ya sea con una escoba o un aspirador, y lave la superficie con un poco de agua y jabón. Si las baldosas están ennegrecidas, aplique agua caliente con un poco de sosa y aclárelas bien con agua. Como complemento puede utilizar cera abrillantadora para conseguir un brillo sorprendente. Suelos de parquet La mayoría de las viviendas tienen suelos de parquet, y hay que tener en cuenta el tipo de madera.

Para los parqués encerados los mejores aliados son la mopa o el aspirador; además, es aconsejable pasar una enceradora una vez al mes. Cada dos años debe quitar la cera del suelo con aguarrás y recubrirlo de nuevo por toda la superficie. Las manchas de agua se eliminan con aceite de oliva, y el resto desaparecen con un trapo humedecido en agua caliente y sosa.

Existen suelos tratados con barniz brillante muy resistentes al calor y al agua. La limpieza con agua y jabón es suficiente, y si quiere devolverles el brillo, no hace falta que retire la capa de barniz; frote el suelo con un pañuelo de seda natural. El parqué impregnado debe tratarse siempre con un producto protector. Límpielo con agua jabonosa, y aplique cera líquida sobre los pequeños arañazos.

Suelos de madera no tratada

En los suelos de madera no tratada el procedimiento es el mismo, aunque tiene que evitar humedecerlos demasiado, ya que un exceso de agua puede provocar la formación de astillas. Si quiere aclarar el color del suelo, puede añadir un poco de lejía al agua; y para quitar las manchas de grasa, prepare una mezcla de pasta de jabón y agua caliente, extiéndala, y deje que repose unas horas. Suelos de corcho Los suelos de corcho suelen llevar una capa protectora que los protege de posibles manchas y golpes, y por eso sólo debe quitar el polvo y encerar de vez en cuando. Si en su hogar hay suelos enmoquetados, límpielos con cualquier producto especial a la venta en el mercado. Para su aplicación, utilice un cepillo o esponja, y recuerde que cuanto más frote la moqueta mejores resultados conseguirá. Ante cualquier tipo de mancha, pruebe primero en un lugar poco visible con un poco de agua, y retire la humedad con un trapo limpio. Si la mancha no desaparece, aplique un quitamanchas con cuidado de que no incida directamente en la moqueta. Así evitará que quede un cerco alrededor.

Limpieza de cepillos

Los cepillos que utilizamos para barrer el suelo necesitan algunos cuidados de mantenimiento. De forma periódica debe limpiarlos para quitarles todos los restos que acumulan. Póngalos en remojo con una mezcla de agua caliente y un chorro de amoniaco, y déjelos reposar unas horas. Después, aclárelos y elimine las pelusas con la ayuda de un peine con púas separadas.